Una de las posibilidades más increíbles que nos ofrece la vida humana es la capacidad de experimentar. Esta capacidad que todos poseemos puede ser expresada en diferentes formas. Podríamos de entrada diferenciar 4 niveles de experiencia:
– Experiencia sensorial: la que tenemos a través del uso de los 5 sentidos físicos. Nos permite experimentar la realidad del mundo material.
– Experiencia emocional: la que tenemos a través de las relaciones humanas y que se expresa de diferentes formas: búsqueda de la experiencia de intimidad, cercanía, afecto, pertenencia, reconocimiento, etc.
– Experiencia intelectual: se expresa en la necesidad humana de conocer y descubrir los secretos y las leyes de la vida a través de las diferentes disciplinas del saber (filosofía, psicología, biología, física, etc.)
– Experiencia espiritual: también se podría denominar la experiencia mística o devocional. Se expresa a través de diferentes manifestaciones espirituales o religiosas. Es un tipo de experiencia más subjetiva y personal que se puede alcanzar a través de estados expandidos de conciencia.
El campo de experimentación de todas estas diferentes formas de experiencia es la mente humana. Según el tipo de conciencia que mantenemos en nuestra mente ello nos llevará a un tipo u otro de experiencia.
Equilibrio entre la razón y el corazón